Molí de Testar
Segundo Premio

Localización:
Paterna (V)
Superficie:
1.000 m²
Año:
2016
Autor:
Lucía Martínez Rodríguez, Javier López Torres, Antonio Monsálvez Clavijo
Tipología:
Equipamiento cultural

El molino de Testar pertenece a un conjunto de cuatro molinos situados
sobre la acequia de Moncada a las afueras del casco urbano de Paterna.
Las edificaciones más antiguas datan del sigo XIX. Se utilizaban
para la molienda de trigo, para la industria de pieles y
para la del cobre. Hoy los molinos de Escaleta y Ferrando albergan
un complejo para la celebración de eventos. Para el molino
de Martinet se piensa un uso de hotel. El molino de Testar
será un museo de la Energía. Los cuatro molinos forman un conjunto
de verdadero interés etnológico, arquitectónico y paisajístico.
Cruzando las vías del tren y a través de un tranquilo camino flanqueado
por árboles de gran porte, aparece al fondo la fachada perteneciente
a la vivienda del molino de Testar. Está sobriamente
adornada con azulejos. Detrás y sobre la acequia, aparecen el imponente
volumen del molino y la chimenea. Pensar un museo que se
albergue en el interior del molino con sus altos techos, muros macizos y luz continua es la idea del proyecto. Amplias salas en las que exponer
máquinas, artilugios, experimentos que transforman la energía. Y
un jardín. Un espacio para respirar, que aporta aire fresco, verdor,
contacto con el agua y luz intensa. Un espacio donde realizar
múltiples actividades y aprender sobre las energías limpias.
Un patio, un jardín. Un lugar fresco que en verano protege del
sol. Árboles de hoja caduca, fachada profunda con vidrios retranqueados,
jardín vertical, agua de la acequia. En invierno el jardín
cambia, se desnuda y deja penetrar una suave luz al interior.
El molino y la vivienda mantienen su carácter. Vigas vistas de
madera, altos techos, pequeños huecos. El interior se reviste con
paneles prefabricados de adobe de poco espesor, contribuyendo así
a mejorar la calidad y el confort ambiental. A su vez, se incluye
una capa de aislamiento térmico que mejora la inercia térmica del
muro de mampostería. Para contrarrestar la acción de los puentes
térmicos en los encuentros fachada – forjado, utilizamos pavimento
de madera por su baja conductividad sobre el suelo técnico.
Un nuevo volumen, abierto al jardín, alberga una sala multiusos
a doble altura. Está iluminada todo el día por una luz cambiante
que penetra por los grandes huecos de la fachada sur.
Por un lado conecta con la exposición permanente y las máquinas
del molino. Por otro conecta con el espacio alargado e iluminado
por la fachada este, que alberga las exposiciones temporales.
Unas nuevas turbinas transforman la energía hidráulica en
eléctrica para abastecer el museo. La cubierta del nuevo volumen
se cubre de placas fotovoltaicas para completar el sistema.
Unos conductos en el jardín recogen aire y lo tratan
en el subsuelo aprovechando su gran inercia térmica.